jueves, julio 26

Ciberdemocracia, democracia Youtube

Otra nota de REFORMA en la que se puede ejemplificar la ciberdemocracia o democracia del siglo XXI:

YouTube se convirtió en el espacio para lo anecdótico de las campañas presidenciales de Estados Unidos. "Anecdótico" no es lo mismo que frívolo o irrelevante. Cuidado con la confusión.
Herramientas como YouTube y las redes sociales en internet como Facebook y MySpace están transformando, de raíz, el funcionamiento de la democracia representativa. De ese tamaño. Tal vez no hay transformación más importante desde que los padres fundadores inventaron la democracia representativa.


Empecemos por lo superficial. YouTube ha servido para desacartonar la política. En el debate del lunes pasado, organizado por CNN y YouTube, un ciudadano desde cualquier parte del mundo pudo interrogar a los candidatos demócratas haciendo uso de recursos argumentativos y visuales a su antojo, con la única limitación de no exceder 30 segundos.

Un mono de nieve derritiéndose interrogó a los candidatos sobre el calentamiento global y un señor preocupado por la legalidad de portar de armas preguntó: "¿nuestros bebés estarán seguros?", para luego estirar los brazos y meter a cuadro una ametralladora, "éste es mi bebé". Son formas poco ortodoxas de plantear preguntas, pero eficaces para atrapar a millones de jóvenes y adolescentes que probablemente hasta voten.

Desde antes del debate, YouTube ha sido un escenario clave de la contienda rumbo al 2008. Empezando por aquel video, basado en un exitoso anuncio de Apple, en que Hillary Clinton es una manipuladora fascista que encarna al Big Brother hablando desde una pantalla gigante; o el pegajoso video de la sexy chica latina que canta I got a crush on Obama; o John Edwards, el guapo candidato de los pobres, cortándose el pelo -por 400 dólares- con I feel pretty como canción de fondo. YouTube ha pesado en reconocimiento, simpatías y dinero recaudado.

Los videos relacionados con Barack Obama, el candidato más popular entre los jóvenes, han sido vistos casi 2 millones y medio de veces, contra un millón y medio de aquellos de Hillary Clinton. En las redes por internet, Facebook por ejemplo, 110 mil inscritos se han dicho partidarios de Obama, contra 27 mil que se asocian a Clinton; en MySpace 150 mil se dicen "amigos" del primero contra 122 mil que simpatizan con la segunda.

La página eventful.com registra peticiones de cibernautas que quieren la presencia de algún personaje público (músico, comediante o político) en su comunidad: 29 mil piden que los visite Obama contra 8 mil que piden la presencia de Clinton.

Lo que pasa en la red ha tenido un impacto directo en algo tan concreto como la recaudación de fondos. Quien parecía imbatible en este terreno, por tener entrada inmejorable a los grandes capitales, Hillary Clinton, ya fue superada en recaudación por un novato en Washington como es Barack Obama.

La transformación de fondo, más que en lo anecdótico y en lo cuantitativo, es ante todo de tipo cualitativo. Los muchachos que crearon YouTube, MySpace y Facebook inventaron también la democracia del siglo XXI. Una que resulta esperanzadora en tanto que devuelve al ciudadano -soberano original- control sobre la política. Gracias a estas herramientas tenemos la posibilidad de pasar:

-De la política cerrada y unidireccional en que políticos y grandes medios controlan lo que llega al ciudadano; a la política multidireccional en que un ciudadano con su camarita puede filmar a los niños de Darfur y obligar a los candidatos presidenciales a responder sobre la desidia de los políticos de Washington para abordar la crisis humanitaria en aquella región del mundo.
-De políticos en campaña tomando mucho dinero (y compromisos igual de grandes) con algunas industrias (tabacaleras, armadoras de carros, aseguradoras o fanáticos de las pistolas); a políticos recibiendo pequeñas contribuciones de muchísima gente sin otros intereses que los de un ciudadano.
-De las campañas del rollo teatral, muy controlado, en que los candidatos convencen a televidentes que con frecuencia deciden su voto de manera aislada; a campañas en las que el voto es discutido en redes tipo MySpace (más de 100 millones de usuarios) o Facebook (más de 30 millones de usuarios), en las que se comparte información y se delibera sobre los candidatos.
-Del ensimismamiento dañino de la política estadounidense a campañas que recuperan su verdadera dimensión al obligar a los candidatos a abordar todo aquello que afecta y se resuelve más allá de las fronteras nacionales. Los nuevos procesos electorales en Estados Unidos dan la posibilidad a cualquier extranjero de influir en la contienda con un video, un blog o un mail masivo. Posibilidad que ajusta mejor con la capacidad de un presidente norteamericano de arruinarle la vida a un mortal en cualquier rincón del mundo.

En México, mientras tanto, seguimos en la era del duopolio televisivo. Pero pronto llorarán.

Algunas reacciónes dejaron mucho que desear respecto a, como siempre, la manera en que se manipula la información, sea el que sea, el medio por el que se transmite.

Al tiempo que Antulio Sánchez la llama Teledemocracia

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